Para muchas mujeres, el autocuidado suele quedar al final de la lista. Entre trabajo, familia y responsabilidades diarias, es común que la salud propia se coloque en pausa. Pero hay decisiones que no deberían postergarse. Una mamografía —un estudio que dura apenas 15 segundos de compresión— puede cambiar por completo la historia clínica de una mujer, especialmente en un país donde es común el diagnóstico tardío.
En México, el cáncer de mama es la primera causa de muerte por cáncer en mujeres, con más de 7,000 fallecimientos al año y alrededor de 30,000 nuevos casos detectados según cifras del INEGI y la Secretaría de Salud. De allí la importancia de la mamografía para una detección oportuna, ya que permite identificar alteraciones en etapas tempranas, cuando las posibilidades de tratamiento y supervivencia son mucho mayores.
La Dra. Sharon Jelena Phillips, médica de medicina familiar de Mass General Brigham, explica que este examen, que consiste en una imagen de rayos X de las mamas que permite detectar anomalías, puede resultar incómodo, pero dura apenas unos segundos y puede marcar la diferencia entre un diagnóstico temprano y uno tardío. “Es incómodo, pero es bastante rápido. La compresión solo dura unos 15 segundos”, señala la especialista.
¿Cuándo comenzar a realizar mamografías?
Las recomendaciones internacionales varían ligeramente. La Sociedad Americana contra el Cáncer sugiere iniciar las mamografías a los 40 años, mientras que el Grupo de Trabajo sobre Servicios Preventivos de Estados Unidos (American Cancer Society) aconseja comenzar los exámenes regulares a esa misma edad, debido al aumento de casos en mujeres jóvenes.
En México, la Norma Oficial Mexicana NOM-041-SSA2-2011 recomienda que las mujeres de 40 a 69 años se realicen una mamografía cada dos años, o con mayor frecuencia si existen antecedentes familiares o factores de riesgo.
México frente al mundo: una brecha que cuesta vidas
Aun así, muchas mujeres no siguen este esquema. Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT), solo 4 de cada 10 mujeres mexicanas de 40 a 69 años se han realizado una mamografía en los últimos dos años.
Estos datos demuestran una gran disparidad con otros países como Estados Unidos, donde entre el 60% y 78% de las mujeres en edad recomendada acude a mamografías periódicas, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
“En ocasiones, las mujeres no priorizan su propia salud. Cuidan a todos los demás, menos a ellas mismas”, lamenta la Dra. Phillips.
El miedo al resultado: la barrera emocional más grande
Pero ¿por qué muchas mujeres posponen la mamografía? Entre las razones más comunes se encuentran la incomodidad del procedimiento, el miedo a un posible diagnóstico, la falta de tiempo o de acceso a servicios de salud, y los costos asociados. Además, existe ansiedad ante los llamados “falsos positivos”, cuando una imagen sugiere algo anormal que finalmente no resulta ser cáncer. Sin embargo, estos casos son parte normal del proceso y ayudan a establecer una línea base de referencia.
La Dra. Phillips señala que detectar el cáncer de mama a tiempo puede marcar la diferencia, al ofrecer múltiples beneficios para las pacientes, ya que las mamografías regulares pueden:
- Detectar el cáncer en etapas iniciales, cuando el tratamiento es más efectivo.
- Reducir significativamente el riesgo de muerte por cáncer de mama.
- Permitir tratamientos menos invasivos y conservar tejido mamario.
- Brindar tranquilidad y control sobre la salud personal.
En México, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) estima que más del 90% de los casos detectados en etapas tempranas tienen una tasa de supervivencia superior al 80%. Sin embargo, la mayoría de los diagnósticos aún se realiza en etapas avanzadas, lo que reduce drásticamente las probabilidades de recuperación.
Riesgos y consideraciones
Aunque la exposición a radiación durante una mamografía es mínima, la Dra. Phillips señala que existen otros factores a considerar, como la ansiedad previa al estudio, el tiempo requerido para acudir a la cita o los costos asociados al seguimiento. Aun así, enfatiza que los beneficios de la detección temprana superan ampliamente cualquier posible inconveniente.
Un mensaje que cambia vidas: autocuidado no es egoísmo
La mamografía no solo detecta cáncer. También ayuda a construir tranquilidad, control y autonomía. Aporta a la salud mental tanto como a la física.
En un país donde una de cada ocho mujeres desarrollará cáncer de mama a lo largo de su vida, normalizar el autocuidado es urgente.
Invertir 15 segundos —y un poco de valentía— puede cambiar tu historia.
