No solo son otra medallita. Descubre por qué estas competencias ‘secundarias’ son la clave para pulir tu estrategia y llegar con toda la confianza a tu gran objetivo.
Ya sea que tu gran objetivo del año sea romper tu marca personal en un 10k, aguantar como campeón en un medio maratón o lograr la hazaña de un maratón completo, en este blog les platicar de un secreto que muchos pros conocen y que a veces nosotros los runners de a pie pasamos por alto: la maravilla de las carreras B.
¿Carreras B? Sí, como lo lees. Esas carreras más cortitas, menos famosas o que simplemente no son “la gran cosa” en nuestro plan. Pero, ¡aguas! No las subestimen. Son como el buen amigo que nos ayuda a entrenar: no son el protagonista, pero sin ellos, la película no sería igual.
¿Por qué son importantes las Carreras B?
Imagínense esto: siempre entrenan solos o con su club, haciendo sus series, sus rodajes largos… todo muy bien. Pero llega el día de la carrera A, la importante, y de repente los nervios, el cotorreo, el gentío… ¡y se les va el ritmo! Acaban y dicen: “¡Ay, no corrí como en los entrenamientos!”.
Ahí es donde entran las carreras B. Son como los ensayos generales para la función principal. Te ayudan a:
- Simular el gran día: Practicar desde qué desayunar, hasta cómo amarrarse las agujetas con los nervios metidos en el cuerpo. Es un testeo en vivo de tu estrategia.
- Manejar los nervios: ¿A poco no es diferente la sensación? Las carreras B te acostumbran a la vibra, a la salida, a no salir como bala disparada por la emoción.
- Probar el ritmo: Es la oportunidad de oro para ver si el ritmo que planeaste para tu medio maratón es real o si te estás pasando de lanza.
- Inyectarte confianza: Terminar una carrera, aunque sea más corta, te deja con un chute de motivación y seguridad impresionante. ¡Te sientes invencible!
- Meter calidad al entrenamiento: En lugar de hacer un entrenamiento fuerte un sábado normal, le metes emoción y cambias la pista por una carrera con ambiente. ¡Se siente más padre!
Tips para escoger y meterlas en tu calendario para una gran estrategia
No se trata de ir a correr cualquier carrerita cada fin de semana. Hay que ser estratégicos, como un buen general.
- Timing es todo: Pon tu carrera B de 3 a 4 semanas antes de tu carrera A principal. Así tienes tiempo de hacer un pequeño taper (reducir carga) y llegar fresco al gran día, pero con la prueba aún fresca en las piernas y en la mente.
- La distancia ideal:
- Si tu objetivo es un 10k, busca una carrera B de 5k. Sirve para practicar un ritmo más fuerte del que llevarás en el 10k.
- Si tu objetivo es un Medio Maratón (21k), una carrera B de 10k es perfecta. Es la distancia ideal para afinar tu ritmo meta para los 21k.
- Si tu objetivo es un Maratón (42k), una carrera B de 21k (medio maratón) o incluso un 30k es de oro. El medio maratón te sirve para probar ritmo y el 30k para probar la estrategia de hidratación y nutrición.
- No te la juegues: La carrera B NO es para darlo todo hasta quedar seco. Es un entrenamiento disfrazado de fiesta. El objetivo no es ganar, sino aprender y practicar.
¿A qué ritmo las corro?
Este es el error más común. Vas a una carrera de 10k y, como traes el chip y el número, sientes la tentación de correrla a tope. ¡Resiste!
- Si es más corta que tu objetivo: Por ejemplo, un 5k para un 10k. Puedes correrla a un ritmo un poco más rápido que tu ritmo meta del 10k. ¡Pero no a máximo esfuerzo! Déjate un poco en el tanque.
- Si es la mitad de tu objetivo: Por ejemplo, un 10k para un medio maratón. ¡ÉSTE ES EL MÁS IMPORTANTE! Debes correrla EXACTAMENTE al mismo ritmo que planeas correr tu medio maratón. ¿Se siente muy fácil? ¡Perfecto! Eso significa que vas por buen camino. ¿Se siente muy difícil? Mejor que te des cuenta ahora y ajustes tu plan para la carrera A.
- Para un maratón: Un medio maratón (21k) debe correrse al ritmo meta del maratón o unos 15-20 segundos más rápido por kilómetro. La clave es terminar con la sensación de que podrías haber hecho más.
TIPS:
- No improvisen: Usen la carrera B para probar TODO: el desayuno, los tenis, los calcetines, los geles, la ropa (¡nada de algodón, no lo olvides!). Nada nuevo el día de la carrera A.
- Hidratación: Practiquen tomar agua en los puestos sobre la marcha. Es un arte no ahogarse o echarte todo en la camiseta.
- Recuperación: Después de la carrera B, no se vayan de fiesta. Háganle caso a su cuerpo: estiren, coman bien, échense un roller o una sesión de crioterapia si pueden. Al día siguiente, un trote suave de recuperación cae de maravilla.
- Disfruten el ambiente: Estas carreras suelen ser más relajadas. Échate porras, disfruta el paisaje, tómate una foto con la mascota. ¡Disfruta el viaje!
En Resumen…
Las carreras B no son solo un gasto extra o una medallita más. Son una herramienta de entrenamiento poderosísima. Son el ensayo que te asegura que el día de la función principal, vas a dar la talla y vas a cumplir ese objetivo que tanto sudor te ha costado.
