Detrás de cada smartphone hay una historia que rara vez se cuenta. Más allá de la pantalla brillante y las actualizaciones constantes, existe una huella ambiental que comienza mucho antes de que el dispositivo llegue a nuestras manos. Desde la extracción de minerales como litio y cobalto hasta el alto consumo energético en su fabricación, cada teléfono nuevo representa un impacto tangible en el planeta.
De acuerdo con datos de la ONU, la producción global de residuos electrónicos supera los 50 millones de toneladas anuales, y menos del 20% se recicla adecuadamente. Las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) están relacionadas con la gestión y el uso de materiales a lo largo de la vida útil de los productos, desde la extracción de la materia prima, el transporte, la manufactura, el uso, su manejo y disposición final como residuo. Bajo las condiciones actuales de crecimiento y patrones lineales de consumo y producción, se prevé que el uso mundial de materiales se duplique pasando de 79 giga toneladas (Gt) en 2011 a 167 Gt en 2060
En este contexto, reacondicionar equipos surge como una alternativa viable para reducir la huella oculta de la tecnología. El proceso consiste en evaluar, reparar y certificar teléfonos usados para devolverles funcionalidad y extender su vida útil. Esta práctica no solo disminuye la demanda de materias primas, sino que también reduce significativamente las emisiones derivadas de la producción de nuevos dispositivos. Según la Secretaría del Medio Ambiente, al reutilizar un teléfono durante un solo año adicional se evita la emisión de hasta 58 kilogramos de CO₂ equivalente, cifra que, multiplicada por los – aproximadamente- 30 millones de smartphones nuevos vendidos al año, equivale evitar la emisión de CO2 que generan 150 mil autos..
En los últimos años, ha crecido en México un ecosistema de empresas dedicadas al reacondicionamiento responsable. Una de ellas, Reducto, trabaja bajo el modelo de economía circular al recuperar, revisar y poner nuevamente en circulación equipos móviles. Su objetivo: reducir los desechos electrónicos y hacer que la tecnología sea más accesible sin comprometer el medio ambiente.
A diferencia de la simple reventa, este tipo de reacondicionamiento incluye pruebas de funcionamiento, sustitución de componentes y garantía de desempeño, lo que asegura que cada equipo mantenga estándares de calidad similares a los de un dispositivo nuevo. Además, promueve un cambio de mentalidad: pasar de la obsolescencia rápida al consumo consciente.
La economía circular aplicada a la tecnología no solo representa una oportunidad ambiental, sino también económica. De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el modelo circular podría generar más de cuatro millones de empleos verdes para 2030 en América Latina, al fomentar la reparación, recolección y reacondicionamiento de dispositivos.
El modelo 360° de Reducto: Reutiliza, Revende, Reinvierte
Reutiliza, alargar la vida, reducir la huella: A través de la reutilización de dispositivos existentes se evita la demanda constante de nuevos materiales, metales, plásticos, minerales raros, cuya extracción y procesamiento causan un fuerte impacto ecológico.
Al prolongar la vida útil del dispositivo, se disminuye la generación de residuos electrónicos y se reduce la huella de carbono asociada a la fabricación de equipos nuevos.
Este enfoque transforma el consumo tecnológico en un hábito más sostenible, coherente con los principios de la economía circular: reparar, reutilizar, reciclar.
Revende – dar nueva vida a tu equipo usado: Reducto permite que un usuario venda su celular usado a través de la página web reducto.mx o de la App disponible para IOs, incluso si ya no lo necesita. Esa vía de revenda evita que el dispositivo termine olvidado, acumulando polvo, o deposiciones en un cajón, prácticas comunes en el ciclo de vida de los equipos móviles.
Al revender, se ofrece una segunda oportunidad a esos dispositivos: nuevos dueños pueden darles uso real, lo que extiende su vida útil y maximizan su valor. Esto contribuye a reducir la demanda de nuevos dispositivos y, por ende, la extracción de recursos.
Esta opción, además, democratiza el acceso a tecnología: quienes necesitan un equipo funcional pueden obtenerlo a menor costo, lo que amplía la inclusión digital sin sacrificar sostenibilidad una ventaja social además de ecológica
Reinvierte (Trade-In) – actualizar con responsabilidad ambiental: Para quienes buscan renovar su equipo, Reducto ofrece un programa de trade-in (“reinvierte”), en el que al haber pasado por la fase de “Revender” y haber obtenido crédito por tu smartphone viejo, puedes utilizar ese crédito para comprar un nuevo producto reacondicionado. Esto incentiva la renovación responsable, evitando que el dispositivo viejo se deseche.
Este mecanismo cierra el ciclo de uso: un equipo viejo no se descarta, sino que se reintegra al sistema, reduciendo residuos y promoviendo un consumo consciente. Además, al reinyectar dispositivos en circulación bajo criterios de calidad, se fortalece un mercado sustentable de tecnología reacondicionada —beneficiando tanto a usuarios como al medio ambiente.
La solución B2B se centra medularmente en la misma tríada de pasos, adaptada a un modelo corporativo: Reevaluar, Re comprar y Arrendar. A Través de este formato, podemos implementar un modelo circular de arrendamiento de dispositivos reacondicionados (con o sin planes incluidos), recuperar los dispositivos para realizarlos, restaurarlos y reincorporarlos al mercado de manera responsable y re compramos, asegurando el máximo valor residual por los dispositivos que ya no utilizan. Así, impulsamos mejores precios, mayor eficiencia y un menor impacto ambiental.
Cada vez que un usuario elige reacondicionar en lugar de desechar, contribuye a cerrar el ciclo de materiales y a disminuir la presión sobre los recursos naturales. Es una decisión pequeña con un impacto profundo: menos residuos, menos emisiones y más vida útil para los aparatos que acompañan nuestro día a día.
En un mundo hiperconectado, la verdadera innovación podría no estar en el próximo modelo, sino en la forma en que elegimos alargar la vida de los que ya tenemos.
