Dado lo ajetreado de nuestras vidas, con frecuencia el bienestar emocional queda en segundo plano. Las actividades cotidianas, llenas de cosas qué hacer, dejan poco tiempo para hacer una pausa y evaluar nuestro estado emocional.
Dado lo ajetreado de nuestras vidas, con frecuencia el bienestar emocional queda en segundo plano. Las actividades cotidianas, llenas de cosas qué hacer, dejan poco tiempo para hacer una pausa y evaluar nuestro estado emocional.